La mayoría de los padres experimentan angustia cuando sus hijos adolescentes toman decisiones perjudiciales que afectan tanto a ellos como a las personas cercanas a ellos.

¿Cuál es la mejor manera de educar a adolescentes rebeldes, como ayudarles a tomar decisiones más acertadas en la vida? ¿De qué manera los padres pueden brindarles una mejor ayuda en este proceso?

Adolescentes rebeldes psicólogo

Experimentar las consecuencias de los errores.

Cometer errores y aprender de las consecuencias es una parte fundamental del proceso de aprendizaje. Se puede observar claramente este proceso cuando los niños pequeños están aprendiendo a caminar.

Continúan cayendo una y otra vez hasta que finalmente logran dominar su equilibrio. El cerebro de un niño requiere adquirir habilidades para caminar de manera eficiente en distintos tipos de terrenos, a diversas velocidades y al mismo tiempo poder concentrarse en otros pensamientos mientras camina. Cada vez que un niño pequeño camina de forma inestable o tropieza, está experimentando un momento de aprendizaje.

Es importante que los padres recuerden que sus hijos adolescentes aprenden de manera similar cuando cometen errores, incluso si los repiten varias veces. Cada vez que cometen un error, se presenta una oportunidad de aprendizaje, como por ejemplo, aprender a asumir la responsabilidad de sus acciones.

A medida que pasa el tiempo, los adolescentes adquieren habilidades para tomar decisiones más acertadas de manera constante. Es beneficioso que los padres sean pacientes durante esta fase de experimentación y aprendizaje del desarrollo.

Cuando los padres intervienen activamente para evitar que los adolescentes tomen decisiones incorrectas con el objetivo de mantenerlos completamente seguros, pueden estar perjudicándolos de manera significativa sin darse cuenta.

En primer lugar, se les priva a sus hijos de la oportunidad de aprender sobre la toma de decisiones y de sus propios errores.

Además, transmiten un mensaje que infantiliza a sus hijos, sugiriendo que no son capaces de ser responsables de sí mismos. No es de extrañar que los adolescentes que reciben ese mensaje a menudo suelan tener falta de confianza en sí mismos.

Al final, los jóvenes que no aprenden a cometer errores y superarlos en su hogar, a menudo enfrentan dificultades significativas cuando se independizan como adultos jóvenes.

Confianza del adulto y el adolescente.

Si las elecciones de los adolescentes no representan un riesgo mortal, sugiero que los padres permitan a sus hijos la libertad de tomar decisiones propias, aunque estas decisiones puedan parecer incorrectas desde la perspectiva de los padres. Este enfoque brinda a los adolescentes la oportunidad de experimentar mayor independencia y respeto, además de aprender de las consecuencias de sus propias decisiones.

Al prestar atención a lo que los demás tienen que decir y realmente escuchándolos, podemos mejorar la comunicación y fortalecer nuestras relaciones.
En situaciones comunes, cuando un adolescente toma una decisión equivocada, suele ser regañado de inmediato por sus padres. Frecuentemente, estas reprimendas se manifiestan con enojo y hostilidad.

Los padres generan reacciones que hacen que sus hijos adolescentes se defiendan. Los adolescentes pueden sentir remordimiento y expresarlo a través de arremeter contra sus padres o contra ellos mismos. Otra respuesta ineficaz es cuando los adolescentes se aíslan debido a la sensación de estar abrumados.

Cuando los adolescentes se vuelven retraídos o se enfocan en su ira o frustración, pierden la oportunidad de reflexionar y aprender de las consecuencias naturales de sus malas decisiones o comportamiento. Entonces, para ayudar a sus hijos adolescentes, es importante ser pacientes incluso cuando cometan graves errores.

El valor de reflexionar con ayuda.

Cuando los adolescentes parecen comportarse de manera irracional, es importante que los padres les brinden tiempo y espacio para tranquilizarse. Es valioso implicarlos serenamente en una conversación sobre la secuencia de pensamientos que los condujo a su conducta inadecuada en ese instante. A veces, los adolescentes pueden argumentar que no pensaron completamente en las consecuencias de su elección.

En tales situaciones, los padres pueden alentarlos a tomarse un momento y reflexionar cuidadosamente antes de tomar acción. Toma como ejemplo este caso de terapia con un adolescente.

En algunos casos, puede ocurrir que los adolescentes no hayan evaluado previamente los posibles riesgos asociados a ciertas acciones. Esto puede suceder debido a la falta de experiencias previas. Cuando se presentan situaciones como estas, los padres tienen la oportunidad de brindar su sabiduría basada en las experiencias vividas.

Después de que los padres y los hijos adolescentes hayan escuchado las opiniones de los demás acerca de una situación específica, generalmente sugiero a los padres que permitan a los adolescentes decidir cómo quieren abordar situaciones similares en el futuro.

¿Educar con castigos en la adolescencia?

Frecuentemente, los padres se preguntan cómo pueden aplicar castigos adecuados para corregir la mala conducta. En mi opinión, el propósito del castigo es más bien prevenir futuras conductas negativas en lugar de buscar penitencia o retribución.

Si un adolescente demuestra un sincero arrepentimiento por una mala elección, es probable que el castigo no sea necesario, ya que su remordimiento debería ser suficiente para evitar que repita ese comportamiento.

Si la mala conducta de un adolescente se repite con frecuencia, es adecuado administrar un castigo que implique corregir las consecuencias de su comportamiento, en la medida de lo posible. Un ejemplo sería cuando los adolescentes dañan algo, se les solicita que lo sustituyan utilizando su propio dinero.

En caso de no contar con suficiente dinero, se puede solicitar que realicen labores físicas para “compensar” los daños ocasionados.

Existen varias razones por las cuales los castigos no deberían ser excesivos.

Los adolescentes podrían opinar que los castigos excesivos carecen de sentido y pueden enfocar su atención y su frustración en el tipo de castigo en lugar de reflexionar sobre cómo podrían mejorar su comportamiento.

Los adolescentes pueden llegar a la conclusión de que es preferible que actúen de manera más excéntrica debido a los castigos excesivos, ya que cualquier acción que realicen puede generarles graves consecuencias. Posteriormente, los padres podrían sentir la tentación de limitar la severidad del castigo excesivo, lo cual podría llevar a que los adolescentes insistan repetidamente en que se reduzca o decidan no tomar el castigo en serio.


En resumen, a lo largo de cada etapa de la vida, las personas adquieren conocimiento al analizar y comprender las repercusiones de sus acciones. Para apoyar de mejor manera el proceso de aprendizaje de sus hijos adolescentes, los padres pueden ofrecer una orientación serena y permitirles tomar decisiones por sí mismos.

Si necesitas terapia psicológica online contáctame por Whatsaap o en mi formulario de contacto y te ayudaré lo antes posible.

ó